¡Knock, knock! ¿Alguien por aquí? Hola, mis queridos lectores… me van a disculpar por tener abandonado este blog. Ando en movimiento constante llevando a cabo metas que me propuse cumplir antes de que termine el año. Aparte de eso, conseguí un segundo trabajo lo que significa, que estoy desconectada del mundo virtual. No del todo, pero la mayor parte del tiempo si lo estoy.
Está entrada va hacer un poco diferente que las anteriores, porque me voy a enfocar más en lo que tengo, y no en lo que me hace falta. Siento que estoy atravesando por cambios de crecimiento tanto en mi persona como en el ámbito laboral. Lo he notado por la manera en que resuelvo ciertas situaciones que se me atraviesan en mi día a día. Mi reacción suele ser más relajada, mi enfoque es más consciente en obtener resultados positivos, y también, cuido mucho de no perder mi valioso tiempo.
La verdad es que admiro la persona en la que me estoy convirtiendo. Estos meses me sirvieron muchísimo para reflexionar y meditar hacia qué dirección me dirigía. Ahora me encuentro en un lugar donde puedo ver el progreso que he logrado, y también lo que me falta para seguir creciendo.
La semana pasada tuve la gran suerte de haber sido bendecida por un cliente quien se ofreció hacer una oración para que me fuera bien en mi primer de día de trabajo. Yo soy muy creyente de las buenas intenciones. Cuando algo así me sucede, trato abrir mi corazón para recibir el regalo, y agradecerlo con humildad. Gracias infinitas.
Desde donde me encuentro, reconozco que ciertas situaciones que me sucedieron, no fueron más que un empujón para convertirme en una mujer resistente y tolerante ante la frustración. Miro atrás, y me dan ganas de abrazar esa versión mía que no se dio por bendecida, y que hizo todo lo posible por no morir en el intento. Y continuó dando lo mejor de ella misma cada día, pasará lo que pasará.
Agradezco mucho esas largas noches de cansancio que me ayudaron a valorar mi trabajo. Agradezco el que la vida me cuide tanto que siempre regreso a mi casa a salvo. Agradezco la oportunidad de poder conocer lugares nuevos y personas. Agradezco el haber disfrutado de larga distancias y poder disfrutar música. Agradezco haber compartido comida y momentos graciosos con personas nuevas en mi vida, que aunque fueron por temporadas cortas, la imagen de aquellos momentos permanece en mi corazón. Agradezco el intento a volver a amar. Agradezco el haber llorado tanto como una niña hasta quedarme dormida, cuando nadie me veía. Agradezco las llamadas a mi madre que siempre me escucha así sea para hablarle de lo mismo. Agradezco a mi familia y a mis amigos que no perdieron la fe en mi mientras cruzaba aquel puente obscuro. Agradezco a la vida, y a ti, por leerme. ¡Gracias!

Comments
Post a Comment