XO MARIASA
¡Suéñalo, créelo y vívelo! Soy una estudiante autodidacta apasionada del arte y la naturaleza. Tomo fotos, traduzco y escribo en mi tiempo libre; me encanta decorar mi hogar y escuchar música. Amo el atardecer, salir a caminar, el café por las mañanas y disfrutar tiempo de calidad con mi familia y amigos.

EL CAMINO DE LAS EMOCIONES

 


Hoy las nubes han desaparecido. Una sábana gris ligera cubre el cielo dando una sensación de melancolía en el entorno. Me gustaría poder despegarme de la realidad de este momento, cuando el ambiente me invita a sentirme incómoda debajo de mi piel. Esa extraña sensación de inestabilidad que llega cuando los rayos del sol desaparecen, esos que se alejan como si fueran mí persona favorita que se va de viaje, y yo solo miro desde la distancia con lágrimas en los ojos, extrañando su partida. 

Si, siempre he sido una persona emocionalmente inestable, viajando constantemente en una montaña rusa de subidas y bajadas… de velocidad, y frenos de golpes. Por momentos, corro con la suerte de pisar  tierra plana y conecto con la  calma. Mi estado de ánimo cambia, pero sigo siendo yo misma. Por muchos años he tratado de viajar hasta el núcleo de mi ser y conocer más sobre este misterioso universo de las emociones. También creí que encontraría respuestas analizando las huellas de mis antepasados. En búsqueda de respuestas, o más bien, de la cura, creí poder eliminar lo que existe en mi sistema límbico, para lograr sentirme bien, al final. 

El enfoque siempre fue transformar esa incomoda y persistente sensación  que es inevitable, y que aparece en momentos inoportunos. ¿Y qué de ese tiempo que he rechazado parte de mi? La verdad es que nunca he abrazado mi inestabilidad. Nunca la he presumido porque es vergonzoso decir que ella ha formado parte de mí desde que tengo uso de razón. Me aterra la idea de verme con un ser extraño que los demás rechazan por pasar del azul al verde. Me paraliza no poder ser comprendida al nadar en el profundo mar de mis  emociones. Si bien, en la búsqueda de la constante calma, entiendo más sobre aquellas mareas, y solo observando y dejando sentir puedo reconocer que mi inestabilidad emocional es parte fundamental de mi ser. 

La abrazo.

La acepto. 

Vivimos experimentando esta vida rechazando de todo aquello que nos incomoda,  ya sea externo, o interno. Y lo peor, es que no existe una cura para dejar de sentir emociones fuertes. Estás llegan como un  tornado que arrasa una pueblo entero dejando escombros por todos lados. Cuando volvemos al lugar, miramos el desastre que la inestabilidad emocional causa dentro de nosotros, y lo más probable, el impacto creado en aquellos que nos rodean.

Cansancio, estrés, ansiedad, un desmadre total, etc. 

Volver a nacer, pensaríamos que tal vez sería la mejor solución. Pero a nadie le preocupa aprender a abrazar y entender el lenguaje de las emociones sin rechazarlas. Las emociones negativas también son maestras que nos enseñan a aceptar que existe algo fuera de nosotros que está sobrepasando nuestros límites. Las emociones cargadas nos guían por el camino hacia nosotros mismos, recordándonos con incomodidad que eso que nos sucede no tiene que ser aprobado si es que a  nosotros nos hace sentir mal. Sin embargo, no todos logramos ver las emociones como tal, olvidándonos que existen por y para una razón importante. 

Esta es la razón por la que hoy decido abrazar mi mundo interior con compasión. Todo lo que sucede dentro, merece ser honrado con respeto y amor en mi mundo externo. Luces atrás, cuando desconocía más sobre mi, odiaba sentir un sin fin de emociones y eso creaba una lucha constante conmigo misma. Ahora, me doy la oportunidad de sentirlas y escucharlas. Con el tiempo aprendí a tolerarlas, pues la verdad es que no hay escapatoria, cuando la mente manda señales al cuerpo, estas nos responden por medio de sensaciones de bienestar o incomodidad. 

Espero que hayan disfrutado de este post. 

Gracias por leerme. 

Xx

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