El mes de Febrero inició tratándome tan pero tan bien, que no me pasaba ni por las mechas de mi flequillo trasquilado que terminaría arrastrando los pies a finales del mes. Lo cierto  es que  tengo la manía loca de comenzar los meses con mucho entusiasmo, lo cual es válido porque se requiere una dosis de este para comenzar a vivir un nuevo capítulo cada mes, y de esta manera eliminar lo empañado de los últimos días del anterior. 

Y eso es lo bonito de vivir, creo yo, soñadora con ojos abiertos. Vivir al ahí se va no se me da a mi, porque tengo que si o si romantizar  hasta la forma en que me tomo el café por las mañanas… 

Pero acá entre nos, no siempre maquillo mi vida, a veces me toca enfrentar duras realidades que hacen que mi corazón se enrosque, y como consecuencia terminó en una batalla interna tratando de no levantar mis muros tan altos. 

Ahora que estoy más conectada con lo que realmente soy, siento que este mes me enseño a ser más directa con lo que quiero para mi crecimiento personal y mi felicidad. Ya no estoy para estar en lugares donde me sienta incómoda o simplemente me hagan sentir invisible. Y no menciono esto en forma de protesta, más bien lo expreso de la manera más honesta porque mi presente y futuro depende de mi y de nadie más.

Tengo claro que todo tiene un ciclo, creo que es tiempo de soltar para dar inicio a algo nuevo. 

Espero que el mes de Marzo me traiga nuevos cambios y buenas noticias. ❤️