Llegue a casa y me sentí como una desconocida en mi propio santuario, han pasado ya varios meses de andar como una nómada en busca de un lugar para establecerme. Aca se siente un hueco profundo, el desorden ha hecho su debut sin despedida a consecuencia de las largas horas del viaje a la tierra por conquistar. Lo único que me compaña es una mochila que se ha vuelto una fiel compañera de viaje. Pero ya han pasado muchos meses. He recorrido sola varios lugares, desde los mas prestigiados, hasta los mas escalofriantes e intimidantes a mi parecer. De un tiempo aca, me he preguntado ¿De donde chingao saco tanto valor pa' andar sola por la ciudad? Y no niego que me gustaría andar acompañada, recorrer las calles con huecos de la avenida y alguno que otro camino rural. Miro el sol salir y la luna viajar conmigo cuando no hay nadie mas. Esta soledad ya marco su territorio. Es mas fiel que aquellos que entra por la puerta y escapan por la ventana. No la pienso dejar tan fácilmente, pues dudo que exista alguien que pueda ocupar su lugar. Por favor, no me quites paz.
Mientras tomo una taza de chai tea, voy examinando cada error que voy cometiendo al pulsar las letras del teclado. Que afán el mío de mirar atrás pa' ver si hay piedras por levantar. No lo hago constantemente y cuando si, tengo que prepararme con tiempo, no me aviento al ahi se va. Pero por favor, acércate solo con buenas intenciones, a veces la vida me pesa y no es justo lidiar con tanto peso por mi misma.
He ido soltando en el camino todo aquello que ya no puedo cargar mas. Algo me indica que tanto peso hara que mi mochila reviente o yo termine lastimada de mi espalda.
Un rayo de luz apareció en mi vida justo cuando mas lo necesitaba. Bueno, en realidad yo fui detrás con la enorme fe que siempre me acompaña. Golpee la puerta con la seguridad de que ese es mi lugar, y que cuando llegue el momento, podre alimentar mi conocimiento y expandirlo a otro nivel. Pero mientras tanto permaneceré como una aprendiz.
No todas las puertas que se abren son las correctas, tenia que vivir esta experiencia para darme cuenta de esas sabias palabras que mi abuelita decía. Con lo terca que soy me avente del bungee jumping con la cuerda floja; perdí la cabeza ¿Pero acaso, estamos en control de nuestras vidas? No lo se. Dejémoslo así, o terminaremos flotando en la via lactea. Me tomo un buen de tiempo salir de lugares que no encajaba. Ir por la vida con el pecho apretado y la bacteria descargada es sofocante y lo peor, la claridad se empaña y muy difícilmente se da el primer paso: hasta aquí he llegado y no vuelvo jamás.
Pero miro tu foto y me doy cuenta que tu eras igual que yo. Un corazón rebelde que siempre quiso la libertad de no ser pisoteado y lucho hasta el final con la bandera de la independencia sirviendo a los demás. Sembraste semillas y regalaste sus frutos a aquellos que cruzaban por tu camino. Ese eras tú papa. Por momento en esos túneles obscuros sin salida, tu recuerdo me alumbra y me abraza con un amor diferente pero siempre fiel. En el baúl de los recuerdos de mi memoria, acudo a los archivos para leer aquellas palabras sabias tuyas, y me das valor para seguir este camino que no se acaba, camino sin descanso. De repente me llega tu rostro cuan lucero cruzando el cielo y te pienso. Te he buscado en varios corazones, pero nadie se acerca a ti. No creo que exista alguien como tu, pero confió que en el camino habrá un soldado valiente que sepa descifrar el laberinto de mi mente hasta llegar a mi corazón. No existe otra entrada. Zona seria, presta atención, no jugar.
Ire en busca de unas cajas, es hora de empacar.
Nos volveremos a leer.
Con cariño.
Maria.
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